Algunas personas con trastornos de salud mental, como ansiedad o depresión, recurren al tabaco o a los productos de nicotina como cigarrillos y vapeadores para sobrellevar el estrés. Si bien la nicotina puede causar alivio a corto plazo, empeora esos problemas a largo plazo. Los antojos de nicotina vuelven rápidamente, creando más estrés y ansiedad y dificultando el manejo de las emociones. El tabaco y la nicotina también pueden interferir con algunos medicamentos, evitando que obtengamos los efectos positivos del tratamiento en su totalidad.1
Dejar la nicotina ayuda a reducir los síntomas de ansiedad, depresión y otros problemas de salud mental. También ayuda a mantenerse sobrio a largo plazo facilitando el abandono de otras sustancias. Mientras más tiempo te mantengas libre de nicotina, más saludable estarás, tanto física como mentalmente.
El riesgo para los adolescentes y adultos jóvenes es aún mayor. Cuatro de cada cinco adolescentes que vapean empezaron a causa de dificultades con la salud mental.2 Vapear, al igual que fumar, introduce sustancias químicas dañinas y nicotina que pueden afectar el desarrollo cerebral de manera permanente, provocando más ansiedad, impulsividad y depresión a medida que crecen.3
Por años, la industria del tabaco ha enfocado sus esfuerzos en personas con trastornos de salud conductual, utilizando estrategias engañosas para que dependamos cada vez más del tabaco.4 Hasta han financiado investigaciones que afirman falsamente que los cigarrillos pueden ayudar con ciertos trastornos de salud mental.5 La industria tabacalera también combatió las políticas de espacios libres de humo e hizo que muchas personas dependieran aún más del tabaco donando cigarrillos a centros de tratamiento psiquiátrico. Lo cierto es que fumar empeora muchos problemas de salud, incluso las enfermedades cardíacas, pulmonares y el cáncer, que ya son más frecuentes en personas con trastornos de la salud conductual.